Un cable a ninguna parte

De acuerdo a una promesa de su programa de gobierno el alcalde de Chía quiere hacer un cable turístico.
El sector no lo ha solicitado y en la administración no saben siquiera en qué lugar de los cerros lo van a construir.
No es un proyecto, parece un costoso capricho o una idea funesta para urbanizar los cerros orientales.
Chía desde la Valvanera


Hay tres maneras de hacer proyectos públicos. La primera es a partir de necesidades que expresan las comunidades o que se hacen claramente visibles puesto que la problemática lo evidencia. 

Un ejemplo es la zona cultural donde se hizo la biblioteca, el auditorio y se construye la plazoleta de eventos. Todo el conjunto hace del lugar un polo de atracción. O el centro histórico peatonal que cambió la dinámica del centro, hoy tan agradable para caminar.

La segunda es cuando un líder tiene una visión  clara de ciudad y en ese marco la propone, entusiasma a la gente que lo elige y la hace.


Telesillas, la opción barata igualmente agresiva

Un buen ejemplo fue la implementación de Cicloinfraestructura temporal como medida de atención a la pandemia, medida tomada por alcaldes en distintas ciudades principales e intermedias de país y del mundo, cambiando el paradigma desde la visión del carro a la del ciudadano dando espacio de los carros a los ciclistas. A pesar del reclamo de algunos sectores afectados al final la gente entendió y adoptó estas acciones que ahora serán permanentes generando un nuevo modelo de ciudad un poco más equitativa en términos de espacio vial.


La tercera y más usual, es a partir de decisiones unilaterales del mandatario de turno en afán de dejar su obra,  usualmente representada en contratos con hierro y cemento, pero desarticulada de las necesidades del municipio, estas son muy  usuales pues acaban generando apenas costos sin ningún beneficio. Buenos ejemplos la plaza de eventos contigua al centro comercial Sabana Norte o el polideportivo de Fonquetá que no tienen ningún uso, el último entregado sin terminar con daños estructurales.

La obra del cable, que podría encajar en la categoría segunda: “ visionaria” parece estar en realidad en la tercera: "unilateral": Un mero capricho, o una idea para otro jugoso contrato.

Muchas obras son monumento a la corrupción, en otras son un costoso recordatorio a la necesidad de la pertinencia,  en otras palabras, soluciones  de problemas.



Turismo en Chía.


Durante muchísimos años, el plan de los bogotanos, era salir a almorzar en Chía y pasear por el norte, las almojabanas de Magola o el piqueteadero Colombia, eran plan obligado tras jugar con la pelota de letras en el potrero. El proceso de co-urbanización y crecimiento desorganizado cambió el tipo de turismo, pero este no desapareció.


Chía hoy es conocida como el lugar donde se ubica un costoso bar y rumbeadero  frecuentado por turistas extranjeros y  personas adineradas. Eventualmente algunos de ellos se quedan a dormir para poder tomar tranquilos, este turismo no deja mayores beneficios ni tiene vinculación con la comunidad.


Chía y los municipios vecinos, mantienen dos cosas: Un gran sector gastronómico  que ha evolucionado desde los piquetes hacia atractivas propuestas culinarias  y un bello sector rural, donde nuestras montañas y recursos naturales son el gran atractivo.


Este ha sido el descubrimiento de los ciclistas y deportistas que vienen a disfrutarlo y eventualmente se quedan a almorzar.  Pero Chía también cuenta con excelsos artesanos otros atractivos culturales y naturales e incluso un potencial punto de turismo étnico inexplorado: el resguardo tradicional indígena.

La vocación turística no la determina el alcalde ni los gobernantes , sino la gente que ha descubierto estas bondades que, desde el territorio se pueden potenciar apoyando a emprendedores locales, generando rutas, articulando a quienes ya trabajan en el sector, como de hecho lo logró la directora de Turismo Paola Muñoz con el SENA simplemente convocando a algunos emprendedores de la región a un curso de Turismo rural que generó varias alianzas entre los participantes.


Quizás la idea del alcalde para hacer su proyecto viene de nuestro ejemplo de turismo en la región: Zipaquirá. A partir de su extraordinaria catedral de sal, ellos han construido una serie de atractivos paralelos en su centro histórico y una gran zona de recreación: el Parque de la Sal, donde se planea un teleferico, ¿será por aquello de si ellos tienen, porque no nosotros?




Lo de allá no sirve acá


Con todo el conocimiento de muchos años de experiencia en proyectos: Ese es el camino para el desastre, pues cada lugar tiene sus factores locales propios, el turista no es el mismo. Quien va a Zipaquirá lo hace a la catedral, esta es su atractivo central, vienen turistas foráneos que llegan a conocer ese punto, usualmente en transporte especial y dentro de un programa predeterminado.


Ya con ellos “cautivos” es viable tener atracciones dentro de un gran parque alrededor de la salina y en el cercano centro histórico, entre ellas un lindo parque con un cable. Es sencillo de vender.

Muy diferente al turista que viene a hacer deporte y pasear en Chía de forma individual y por ende de manera desorganizada, que está descubriendo los lugares mientras pedalea. 


Primera lección el cable debe ser parte de un atractivo, NO el atractivo


¿Cable a ninguna parte?


Un teleférico es básicamente un sistema de transporte, diseñado para superar rápidamente pendientes subiendo y bajando gente de un destino alto. Los cables turísticos deben llegar a lugares que tengan atractivos además de una vista bonita o un agradable paseo,. Estos pueden ser, restaurantes, centros deportivos, ferias artesanales y centros de eventos. Por cuestión de racionalidad de recursos deben servir a la población del lugar y tener escalas.


 Cosas claramente inviables por perjudiciales en la mayor parte de nuestros cerros que son un patrimonio ambiental. y la gente vive mayoritariamente en terreno plano. Quizás con la excepción de Yerbabuena que tiene varias fincas, en su mayoría, son cerros bajos a los que se puede acceder caminando o en bicicleta. La zona occidental es mayoritariamente reserva indígena y ambiental.


De modo que esta idea tiene errores colosales en su concepción: no tiene espacio donde llegar, no hay beneficiarios directos, tiene toda la posibilidad de convertirse en otro elefante blanco que por obvias razones será el más emblemático y vergonzoso, una flameante bandera a la improvisación que ser vería desde todo el municipio.


Los cerros de Chía son reserva ambiental, quien esto escribe vive en una de sus laderas en casi dos hectáreas que no puede tocar en absoluto por expresa obligación de la legislación vigente, entonces no se entiende qué sentido tiene hacer una obra agresiva con el medio ambiente, que puede incentivar la urbanización y afectar la sutil capacidad de carga de una reserva que se debe disfrutar a través de senderos.



Ir favor de la corriente:


Pero digamos que el alcalde está encaprichado con su proyecto, que fue una de sus banderas de gobierno. En este caso debe replantearse en base a las preguntas básicas que tiene cualquier proyecto.

Estas salen de un propósito general que en el caso es “promover el turismo” y son muy sencillas

 porque/ que/ como/ cuando/ donde/ para quien/ cuanto

Este cuadro del “ sistema proyecto” es una manera gráfica de expresar cuando un proyecto es viable. Un análisis somero delata  a este cómo inviable. Solo le sirve a eventuales turistas de fin de semana, no se sabe cuanto vale, aunque su costo ambiental será enorme.

Traer a unos pocos turistas a un paseo en cable, no parece ser un atractivo suficiente, pues el cable es, cómo lo explicamos antes, un medio de transporte y no un fin.

En el cuadro vemos cómo no tiene ningún sentido, ni siquiera para hacer un estudio, Nula pertinencia.


Más usuarios o más proyecto:


Un proyecto parte de una necesidad y requiere de una red de actores que lo soporten. Se cae de su peso que un proyecto turístico para Chía requiere de la gente de Chía. Digamos que el proyecto quiere ser tan atractivo como para hacer que la gente que viene a visitarnos pueda  pernoctar, el primer aliado serían los alojamientos . La gente que visite este proyecto que aún no sabemos, va a almorzar. Punto para los establecimientos gastronómicos que son excelentes. Se llevarán algún recuerdo o harán alguna compra por impulso, por lo que el sector artesanal deberá estar bien representado en ese lugar de llegada. Los turistas aún tendrán tiempo para otra vuelta. Establecimientos comerciales o culturales los pueden acoger y deberíamos tener variedad para garantizar que los visitantes vuelvan o lo recomienden, de modo que probablemente debemos tener eventos allá arriba en el lugar de llegada. Un Monserrate en Chía. ¿Se necesita?


Los Cerros:


Volvamos entonces al cable “en alguno de los cerros” En la parte occidental, está la iglesia de la Valvanera, no es lógico hacer allí un cable, es muy bajita, se llega caminando en pocos minutos y tiene acceso para automóviles. No hay espacio disponible y es territorio del resguardo. Si el cable sigue subiendo hasta la cumbre del cerro de la cruz, no será mucha la diferencia. Recordemos que nuestro turismo principal hacia los cerros es de naturaleza y aire libre. No parece atractivo colgarse de un cable para llegar adonde una linda caminata o unos minutos en cicla te llevan. El punto final sería la cima de la montaña. Nuevamente una cuchilla con poco espacio en un lote privado, bastante degradado por la desafortunada explotación maderera pero totalmente virgen por su cara oriental ya en el municipio de Tenjo.

Solo el punto de llegada de que cable requiere, implicaría tumbar varios árboles. El poco espacio disponible lo ocuparía la estación de arribo y salida. Esta construcción necesariamente invasiva ahuyentaría a los turistas de naturaleza, pero y es lo peor, sería un incentivo perverso para urbanizar el territorio que, a pesar de ser reserva forestal no está blindado. Basta ver en la falda de la montaña la urbanización que ya se está anunciando en la finca Altagracia , reserva forestal intocable según nuestra legislación.

Futura urbanización Altagracia


Más hacia el norte o sur, sería un crimen ambiental a toda regla, La mitad del territorio es del resguardo y ellos ya tienen una posición clara de no permitir agresiones a la montaña.


Por la subida a Tabio ya se trató de hacer un remedo de parque que terminó en una insólita construcción a la vera del camino con unos bicicleteros y un vigilante que te recomienda no subir por el sendero abandonado por peligroso. La montaña es más bajita y en mejor estado de conservación. Un crimen ecológico en toda regla.


Tendría algún futuro un proyecto en el resguardo, allí un sistema de acceso aéreo liviano, lease telesillas ( como la de los esquiadores en los alpes) podría llegar al punto alto, desde que la comunidad lo aproveche desde su anhelado proyecto de hacer un parque artesanal y cultural con un centro ceremonial. El recorrido es corto, por eso tampoco da para cable convencional y no tiene un área de parqueadero, pero no se entusiasmo amigo lector!  También es inviable: los lotes encima tienen adjudicatarios por lo que solo sería posible hacer allí algo como proyecto del resguardo. Suena posible pero esto implica una gestión con esta comunidad y esto ya sabemos ha sido complicado. Ellos han sido por los siglos despojados de sus tierras y un proyecto de estos les suena como otra apropiación, No lo van a aceptar bajo ningún término. De hecho un líder del resguardo me confirma que ellos no autorizan eso de ninguna manera.


Teleférico de Santiago, hoy cerrado por motivo del Covid 19

Queda el lado oriental. En buena parte lleno de casas residenciales  que no van a permitir vagoncitos voladores sobre su jardín.  Arriba está el parque privado la Montaña del Oso. No suena bien que un recurso público se use para llevar visitantes a un emprendimiento privado. Pero OJO, muy cerca de allí el alcalde Donoso compró una gran área como reserva forestal y ambiental del municipio.


¿Será que el cable iría al medio de esta reserva para volverla un ruidoso centro de eventos, artesanía y restaurantes? Esto sería el inicio de un volteo de tierras descomunal, empezando por la reserva ambiental seguido por los lotes circundantes que no aguantarían la presión urbanística.


Los mismos sondeos de la alcaldía demuestran que la gente NO quiere, los comentarios negativos son superiores al 95% de los registrados en su página de Facebook y en la votación informal fue derrotada.


Comentarios en Facebook

¿Será que el proyecto no es tan caprichoso e idealista como algunos piensan? Si así fuera no solo sería funesto sino tenebroso.


La Mesa de la Bicicleta le solicitó a William Tamayo, candidato a la Alcaldía que por estatuto de la oposición ahora es concejal, presentar formalmente una enmienda de supresión en la discusión final del Plan de Desarrollo que se llevará a cabo pronto.

Dudamos mucho que la ciudadanía lo acepte y el concejo lo permita. Amanecerá y veremos.


 












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